Autora : Mary Torregrosa
RITUAL PAGANO
Caminaba despacio contemplando el paisaje, me hallaba entre la espesura
del bosque, en un camino que parecía custodiado por sabios árboles milenarios .
A cada paso , me detuve para palpar cada
uno de ellos, quería sentirlos, fundirme con ellos, acariciar la áspera piel de
su corteza desgastada por el tiempo. Cerraba los ojos y respiraba el aroma de las hojas en sus
colgantes ramas , el intenso olor a la tierra que pisaba ,mientras, las flores
movidas por el viento, hacían cosquillas en sus ancianas y gruesas raíces.
Todo estaba en calma, mi corazón latía tranquilo pero con fuerza, mi
respiración profunda lo acompañaba y el sonido de algunas aves decoró aquel
silencio, recordándome que no estaba sola.
Otros animalitos se removieron entre las hojas secas que habían caído al
suelo, y se escuchó el crujir de éstas cada vez que avanzaba un paso.
Estaba anocheciendo y el sol , que todavía se negaba a ocultarse ,dejaba
un rastro rojizo en el cielo dibujando un horizonte en llamas.
De pronto se escucharon unos
tambores a lo lejos y a medida que me
iba acercando reconocí el sonido de unas
voces muy graves. Mi curiosidad hizo que mis sentidos se centraran solo en
averiguar de qué se trataba, así que aceleré el paso no sin dejar de guardar
sigilo para evitar ser descubierta , quedando frente a un claro que se abría
entre el inmenso follaje, donde una
atmósfera cálida era dirigida por un fuego central.
Mi respiración se aceleró , nerviosa , me cubrí con mi capa y me
oculté tras un enorme árbol que estaba
lo suficientemente cerca como para ver todo lo que sucedía.
Medio en cuclillas asomé la cabeza por uno de los extremos y vi un grupo
de hombres y mujeres de una tribu diferente a la mía, cubiertos con pieles que cantaban y bailaban alrededor de aquella
hoguera.
Ellos eran fuertes, con cabelleras largas, barbas y tatuajes. Mientras
unos cantaban y tocaban aquellos instrumentos , ellas , casi desnudas, bailaban
con lentos movimientos . Tenían los ojos cerrados , daban amplias zancadas y elevaban sus brazos hacia
el cielo.
Después, el ritmo se volvió más acelerado,y comenzaron a girar sus cabezas haciendo
círculos con su pelo y de vez en cuando gritaban algunas palabras recitando nombres.
Sus contorneadas figuras y marcada musculatura eran asombrosas y sus
rostros se volvían cada vez más salvajes y agitados. Abrían la boca como si por
un momento , fueran a lanzarse contra alguien y morderle, se tiraban por el
suelo y entraron en una especie de trance.
Al cabo de un rato, aquella música consiguió seducirme, hasta tal punto
que me dejé llevar por aquel monótono ritmo y enloquecer.
Todo daba vueltas, mi cuerpo me abandonaba, me pesaba, mis párpados
caían y el sudor recorrió mi frente, mis brazos...y comenzaron aquellas
extrañas visiones.
Sentí que la percepción de mis sentidos crecía y aquella sucesión de
imagenes parecía querer desvelarme algo.
Mi cuerpo estaba cambiando constantemente, mis piernas ya no eran
piernas y había dejado la mas profunda oscuridad para verme invadida por los rayos de sol.
Estaba frente a una playa, era una centaura, mis patas se hundían en la
arena y a lo lejos divisé un castillo.
Iba armada con una espada a la que llamaban sable, que tan solo conocía
de oídas por algunos de mi tribu que afirmaban haberlas visto a gentes del sur.
Sobre el castillo , unas bestias aladas rondaban dispuestas a atacar
mientras que otras , habiéndose percatado de mi presencia , no dudaron en
dirigirse hacia mí.
Tranquila pero sin bajar la guardia,
desenfundé mi sable, aún temiendo lo peor, pues carecía de protección
alguna y eran demasiados.
Sin embargo , antes de que me diera cuenta, todo había cambiado de
nuevo, y en questión de segundos me transformaba una y otra vez en cada uno de
los personajes que aparecían en aquella ensoñación, llegándome a convertir en
varias criaturas diferentes.
La segunda fue una arquera elfa, a la que un águila y un lobo
acompañaban celosamente ayudándola contra cualquier peligro que la acechara.
Ésta, con su arco levantado , apuntaba a lo lejos sobre un posible enemigo.
Los árboles estaban despiertos , me recordaban mucho al sendero que venía
caminando hasta llegar aquí.
La siguiente fue una Dríade .Creí que me rompería cuando sentí mis brazos y dedos estirarse hacia la
inmensidad de la noche.
La luna llena me iluminaba, en mi pecho había anidado una lechuza y el
resto de mi cuerpo se encontraba enraizado fuertemente a la tierra.
Ante mí , un cuerpo aparentemente masculino, estaba casi completamente
fundido en el tronco y una soledad infinita quedaba a nuestro alrededor.
La música sonaba y sonaba,cada vez más fuerte, tanto que el golpe de los tambores se confundió con el
latir de aquel que habitaba en mi pecho.
Me sentía débil, y acabé tumbada entre las raíces de aquel árbol. Tenía
espasmos contínuos y empapada en sudor frío me revolvía hacia todos lados sin poder abrir los ojos.
No podía apenas respirar, solo veía agua , agua del mar, podía oler la
sal de sus entrañas y mis piernas, ahora pegadas y con aletas , se movían
desesperadamente hacia la superficie.
Por fin conseguí salir,y respirar. Fuera solo se escuchaba el canto de
las gaviotas. Sentí el viento como enfriaba las pequeñas gotas de agua marina
en mi rostro, y me di cuenta de que esta vez me había convertido en una sirena.
Así que nadé hasta la orilla y sin apenas fuerzas me dejé caer sobre la
arena.
No sabía qué estaba pasando, ni qué me querían decir los Dioses con
aquellas visiones, que en realidad , para mí ,eran muy reales, eran como una
reencarnación que duraba un instante, sin embargo todo era palpable, podía ver,
sentir, escuchar, y pensar como cada uno de aquellos seres en los que me
convertía.
Me giré boca arriba quedando absorta en aquel cielo , imaginando que
volaba con las gaviotas, pero mi estómago , que parecía haberse calmado,
continuó con sus intensas sacudidas y en
uno de los espasmos me incorporé sobre mis brazos, y vi que las escamas de pez de mi cola ,más las que tenía repartidas en el cuerpo, se
tornaron duras y oscurecieron. Todo apuntaba a una nueva transformación .
De mis espalda salieron alas, en mi cabeza crecieron unos cuernos , mis
dientes se afilaron y la cola se alargó. Me salieron fuertes patas con garras y
la ira se apoderaba de mí.
Ya no tenía frío, mi pecho ardía, me sentía fuerte, devastadora, podía
con todo.Emprendí el vuelo para atravesar los cielos rugiendo sin importarme ya si volvía a mi forma
real.No me desagradaba la idea de quedarme con ese aspecto, pero en la
oscuridad del cielo , se formó un túnel
y sin poder evitarlo me absorbió.
Iba demasiado rápido. De repente , pude ver el suelo, ¡ Me estrellaría si no paraba
!...
Pero ya había recobrado mi forma humana, ya no contaba con las alas y me
estampé contra el suelo, saliendo airosa del impacto.
Confusa y asustada me di cuenta de que todavía era de noche, que el
cuerpo me picaba y que mi vista podía ir mas allá de lo que unos simples ojos
humanos son capaces.
Al darme la vuelta encontré con que todos dormían. El ritual había
terminado y solo quedaban unas pequeñas llamas
apunto de morir .Me remangué para averiguar la razón de aquel picor y vi
que mi cuerpo conservaba parte de las escamas de dragón.
Aterrorizada ,me alejé lo mas deprisa
que pude, con un fuego en mi interior que estaba deseando salir.
Ya no soñaba , estaba consciente e intuía que todo lo que había
experimentado esa noche, había sido parte de aquel extraño ritual.
Pregunté a mis Dioses porqué lo habían permitido, y si me devolverían a
mi forma natural, y no escuché ninguna respuesta en el viento. El hambre rugió
dentro de mí y me avalancé sobre un lobo que sorprendí cruzando el sendero.
Con mis labios mojados de sangre, y mis ojos feroces, sentí que se había
iniciado la transformación definitiva. Me desnudé en mitad de la noche y dejé
que la esencia de aquella criatura me poseyera, y cuando por fin se había
completado, alcé mis alas al cielo que me esperaba impaciente , como si siempre
en mí hubiera estado incubado ese ser.
"Diario de un Dragón"
Mary Torregrosa